El renacimiento
Por: Inst. Luis Gilberto
Torres Torres
Del 15 al 17 de Noviembre
del 2014, se llevó a cabo un campamento por méritos de los Amigos del Bosque a Maritaro,
en Los Azufres, Michoacán, lugar mítico para la asociación, pues desde hace
varias décadas fue el sitio preferido para el campamento anual, por su
imponente belleza boscosa con lagunas y Géiseres inolvidables y perfectas para
las actividades camperas. También se acostumbraba ponerle un título para
distinguirlo de otros campamentos y desde luego era la actividad más importante
del año para todos los patrulleros, pues solo en ellos se podía obtener la Insignia
de Buen Campero, la más codiciada de ellas y se disfrutaba del gran vivac en la
última noche. Este campamento al que acabamos de asistir, yo propondría
llamarlo “El Renacimiento “porque por primera vez después de varios años
críticos para nuestra asociación de casi 77 años de edad, donde estuvo a punto
de extinguirse, nos reunimos un centenar de patrulleros y familiares de los
grupos 2014 de Guadalajara, 12 de Morelia, 22 de Querétaro y varios del 75 del Distrito
federal, quienes lamentablemente tuvieron problemas de salud y que debido a
ello sólo pudieron asistir de dicho Grupo el Inst. Abel Castellanos y el Inst
Francisco Hernández. (A punto de enviar esta crónica, me avisan de que nuestro
compañero del Grupo 75, Gabriel Arenas acaba de ser padre).
La planeación a cargo de
nuestro Director General Antonio Berrueta estuvo impecable, visitando el lugar
“en avanzada” alquilando todo el balneario en exclusiva, nombrando comisiones
de organización entre todos los instructores activos e invitando a los expatrulleros.
Previamente fueron distribuidos por internet el programa de actividades, mapa
del sitio, reglamento del campamento y costo del mismo. El sitio en particular,
es muy sencillo en sus instalaciones, contando con 8 cabañas rústicas de las
cuáles solo se utilizaron los baños y una para almacén de alimentos, pero el
entorno es por sus preciosos bosques que lo rodean y sus pequeños valles donde
se plantaron alrededor de 40 multicolores tiendas de campaña, la mayoría de
tipo igloo y otras de las sobrevivientes de glorias pasadas. En el valle
central donde se formaban los grupos, en un extremo estaba el asta bandera y en
el otro un tejaban donde se instaló la cocina.
El grupo estaba compuesto
por chicos y chicas patrulleras, aspirantes y familiares (padres, madres y
algunos abuelos), todos registrados para su control y pago del evento. Todos
los presentes acudíamos puntualmente al llamado del silbato del encargado del
programa, los instructores Antonio Berrueta y Boris Werschitz y de inmediato
todos los asistentes formamos filas y participamos en todas las actividades,
desde los honores a la bandera, diana, gimnasia matinal, rancho, academias, competencias
atléticas, caminatas, vivaques y silencio, sin distinción de género, edad,
grupo o grado patrullero.
La cocina estuvo a cargo del
ayudante de instructor Fernando Berrueta quién se encargó del traslado y
almacenaje de alimentos, enseres de cocina, estufas y compra de pan, agua y
tortillas en la población más cercana. Se encargaron la coordinación de
comidas, cenas y desayunos a diferentes instructores de todos los grupos, los
que cumplieron en tiempo y forma con alimentos sencillos, balanceados y
sabrosos. Se colocaron dos mesas largas donde se colocaban los platillos y la
comisión servía a los patrulleros que hacían una alegre y ansiosa fila con sus
platos y cubiertos. Después cada uno los lavaba en el sitio indicado.
Las academias de semaforismo,
señales con silbato o piedras, nudos y primeros auxilios fueron impartidas en 8
grupos pequeños excepto el último que presentó el médico encargado Oscar
Pineda, del grupo de 22 de Querétaro. Las caminatas fueron dos, la primera a un
campo de géiseres y cráteres, donde como es tradición, los concurrentes se
hicieron una mascarilla con lodo sulfurado para mejorar el cutis. La segunda
fue a una cascada pequeña pero muy hermosa que nace de un gran árbol. Las
competencias atléticas se realizaron por edades y fueron de carreras de
velocidad y salto de altura, premiándose a los ganadores con porras y aplausos
y paletitas a los perdedores.
La carrera escultista se
hizo en 4 grupos, cada uno de ellos con grandes y chicos y un coordinador,
siguiendo una larga pista llena de obstáculos y señales escultistas a
descifrar, concluyéndola todos en un tiempo muy cercano. El instructor Gerardo
Pacheco del grupo 22 fue el coordinador de todas las competencias atléticas.
Renglón aparte merecen los
dos vivaques celebrados, alrededor de grandes y cálidas fogatas tuvimos coros
patrulleros, cuenta chistes de todas las edades sketchs ingeniosos de los
grupos de Morelia y Guadalajara y por supuesto, el Gran Vivac final con la
Foata de la Amistad, generada con los leños y pensamientos de cada uno,
acompañando sueños, remembranzas, preocupaciones y aspiraciones en medio de
lágrimas y palabras entrecortadas y balbucientes, contadas a esos hermanos
nuestros que nos rodeaban y compartían con nosotros nuestras añoranzas. El frío
nos impidió hacer el círculo de la amistad con los brazos abiertos y los tres
minutos de silencio tuvieron que celebrarse abrazados, tomando de los hombros a
nuestros vecinos. Al final el éxtasis de la amistad uniéndonos para siempre y
como fue en todos nuestros vivaques de fin de campamento por méritos, todos
hermanos, chicos y grandes, jóvenes y viejos.
El lunes en la mañana, nos
convocó Toño a un consejo de 15 instructores para programar la excursión de
aniversario 77 de los Amigos del Bosque, en el Ocotal estado de México en una
reunión previa el 17 de Enero y al día siguiente el gran Consejo Anual del Bosque
y las elecciones del nuevo director. Se invitó al instructor Sergio Tejeda
coordinar en el D.F. como representante de los ex patrulleros y se le invitó a
formar un grupo para sumarlo al 75, ya existente en la capital del país. Los
jefes de Guadalajara encabezados por los hermanos Werschitz, los de Morelia por
los hermanos Berrueta, los de Querétaro por Gerardo Pacheco y Gustavo Medina y
los instructores comisionados como Abel Castellanos, Francisco Hernández y el
suscrito, opinamos sobre ascensos e insignias, revisión del reglamento y otros
detalles organizacionales. Finalizó el campamento con una solemne ceremonia con
honores a la bandera, renovación de promesas a 5 expatrulleros entre ellos
Sergio Tejeda, ascensos de los tres grupos activos, imposición de pañoleta a
nuevos patrulleros de los mencionados grupos y entrega de insignias de buen
campero y aprovechamiento escolar.
Gratos recuerdos nos quedan
en la mente a todos los asistentes, como olvidar los nuevos patrulleros y
patrulleras que recibieron la pañoleta y dijeron sus tres promesas, entre ellos
algunos padres de familia, o la emoción de los ascensos, la felicidad de las
distinciones de las insignias y tener a nuestro lado a un grupo de compañeros
que se habían alejado de nosotros por años. No todo fue perfecto es cierto,
hubo un error en la mención de grado como instructor a uno que en realidad es
Guía y el aliento alcohólico en algunos expatrulleros, pero estamos seguros que
estos detalles se irán corrigiendo sobre la marcha y que nuestra querida
asociación volverá fortificada y transformada de acuerdo a las necesidades
actuales. Ahora con damas y varones con papás y mamás y con uniformes menos
militares como la camisola y el sombrero de cuatro pedradas café, usando en su
lugar playeras con el escudo y grupo y gorras o boinas azules.
Patrullero una vez,
patrullero toda la vida.
Inst. Luis Gilberto Torres
Torres.